domingo, 6 de diciembre de 2009

Recuento a 6 meses de duelo


Por: Abraham Fraijo

Día 5 de Junio.
Para todos nosotros era un día cotidiano: trabajo, algunos escuela, otros quehaceres en el hogar. Un viernes normal, algunos esperando la hora para ir por sus niños a la guardería, porque esperaba un fin de semana de descanso. Unos tenían planeados viajes a la playa, otros al parque, otros simplemente querían descansar en sus hogares.


Entre 2:50 y 3:15 de la tarde, los padres de los niños de la Guardería ABC empezamos a recibir llamadas con la misma noticia: hubo una explosión en la Guardería y están sacando a los niños para llevarlos a los hospitales.

Algunos padres ya se encontraban en el lugar y aún así no podían encontrar a sus hijos.

El lugar de choque fue el hospital CIMA, fue a donde llevaron a los niños que estaban más graves, y de ahí los canalizaron a todos los hospitales de la ciudad.

En los hospitales coincidimos todos los padres –entre llantos, gritos, incertidumbre, expectativas-, aunque no nos conocíamos, en los rostros se percibía la desesperación por encontrar a nuestros hijos.

Todas las salas de emergencia de todos los hospitales estaban saturadas de gente gritando, gente llorando, madres que se desmayaban, ninguna cara que indicara que las cosas estaban bien… aunque todavía no teníamos la certeza de la magnitud del suceso.


Poco a poco se fueron encontrando los niños… poco a poco las horas transcurrían. Los minutos eran largos y dolorosos. Incluso hubo padres que esperaron tres días para encontrar el cuerpecito inerte de su hijo.

Los pasillos de los hospitales eran cuartel para el rumor de la incidencia de varias explosiones; ninguno de nosotros podía creer lo que estaba sucediendo. Conforme fuimos entrando a intentar reconocer los cadáveres de nuestros hijos, nos dimos cuenta de que había sido una explosión, no cabía la menor duda.

Muchos de los niños y niñas no murieron por quemaduras, murieron intoxicados; lo que significa que tenían su ropa intacta y con la etiqueta que los identificaba con su nombre. Aún así, los doctores no daban información, a sabiendas de quienes eran los niños, aunque ya los tenían identificados… alargando el sufrimiento y la agonía de los padres.

Varias educadoras a cargo de nuestros hijos, la gente que vive cerca de la Guardería ABC y personas que circulaban en la cercanía del establecimiento a la hora de los hechos, comentan haber escuchado varias explosiones dentro de la bodega de la Secretaría de Hacienda que se localiza en local contiguo a la guardería.

En dicha bodega, se almacenaba papelería, automóviles y combustible bajo la responsabilidad del Gobierno del Estado de Sonora; lo cual no es la única irregularidad para el asentamiento de una guardería en esa ubicación, ya que a alrededor de 20 metros se localiza una gasolinera. Lo que garantizaba que un “accidente” se presentaría en cuestión de tiempo.

Además, la guardería no contaba con salida de emergencia, y las condiciones de seguridad para nuestros hijos eran mínimas. No había regaderas contra incendios, el techo era de polietileno que es un material altamente flamable y tóxico, según dictan los peritajes.

A pesar de que nuestros corazones albergan un luto permanente por la pérdida de nuestros hijos e hijas, estamos conscientes de que muchas cosas positivas emergieron de esta tragedia: el despertar de la sociedad, gente totalmente desinteresada que acudió a los hospitales a ayudar en lo que se pudiera, desde transporte, celulares, apoyo moral, todo tipo de ayuda empezó a llegar por parte de la ciudadanía hermosillense.

A la hora del incendio había 126 niños, de los cuales 49 murieron y 77 resultaron con quemaduras graves e intoxicación y lesiones pulmonares y del corazón.

Nace el Movimiento 5 de Junio.
Después de la tragedia ocurrida en la Guardería ABC, sociedad civil y familiares de las víctimas se concentran en la Plaza Emiliana de Zubeldía en respuesta a la inquietud de algunos que se reunían a compartir ideas sobre el suceso en el foro del sitio en internet de un periódico local.

Unos invitan a otros, hasta que llega el momento en que su fuerte indignación y coraje ante la corrupción y la negligencia que provocaron que la vida de 49 infantes se extinguiera entre llamas de la guardería en la que habíamos puesto toda nuestra confianza, los lleva a convocar a la primer marcha ciudadana en búsqueda de esclarecimiento de hechos y justicia para los afectados.

El grupo de ciudadanos unidos sigue creciendo, y poco a poco los padres, al volver a la conciencia y nitidez de pensamiento ante el reciente entierro de algunos de nuestros hijos y hospitalización de otros tantos, empezamos a llegar con la esperanza de encontrar algún hilo de luz que nos diera una pauta a seguir para comprender lo que había ocurrido.

Al compartir ideas, puntos de vista y posiciones, decidimos realizar una marcha el siguiente sábado; desde ahí comienza la comunicación intensiva con la mayoría de los padres y madres que ahora conformamos el Movimiento 5 de Junio.

El Movimiento toma vida con la primera marcha encabezada por padres y madres de niños y niñas fallecidos o lesionados en el incendio de la Guardería ABC, en una marcha totalmente silenciosa, que salió de la Plaza Emiliana de Zubeldía hacia el Palacio de Gobierno del Estado de Sonora. La solidaridad de miles de hermosillenses que visiblemente afectados, dolidos e indignados, pero con un fuerte amor al prójimo que caracteriza a la gente de Hermosillo, nos acompañaron paso a paso hasta llegar a nuestro destino.

Al llegar a las instalaciones de Palacio, inmediatamente se hace presente el coraje, la rabia y el dolor con los primeros gritos de “justicia”, apoyados por miles de hermosillenses que gritaban “no están solos”.

Se hacen presentes también las primeras consignas en contra del ex-gobernador del Estado de Sonora, Eduardo Bours Castello, haciéndose notar las primeras exigencias por parte de los padres, dándose los testimonios de lo que sucedió el día 5 de junio de viva voz de los padres y madres que perdimos a nuestros hijos e hijas, evidenciando la corrupción, el tráfico de influencias, la negligencia por parte de los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal ) y del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Ciudadanos, amigos, familiares, padres y madres de niños afectados comienzan a reunirse a diario en lo que se adoptó como punto de simbólico homenaje a nuestros hijos fallecidos, la plaza Emiliana de Zubeldia. De esta manera comienza a organizarse todo: se habla de cambios, de justicia, de castigo a los verdaderos culpables, de dignidad a la clase trabajadora, de la impunidad que gobierna en el país, la corrupción de nuestros mandatarios, el desprecio a la vida humana que es representada en la forma en que nuestro gobierno actúa con su pueblo, y la necesidad de hacer algo, un cambio real en el país para que la muerte de 49 niños y niñas no sea en vano y darle un sentido a todo lo que sucedió el 5 de junio del 2009, en Hermosillo, Sonora. Tal como lo dijo Julio César Márquez, padre de “Yeyé”: “fue un despertar a la conciencia de la forma más dolorosa que un ser humano puede experimentar”.

Marchas y apoyos.
Después de alrededor de dos décadas, en Sonora, se reviven las movilizaciones y marchas ciudadanas en varios de los municipios; por mencionar algunos: Guaymas, Ciudad Obregón y Nogales, y muchas más.
En Hermosillo, las marchas se empiezan a llevar a cabo de manera semanal, con miles de hermosillenses caminando codo a codo por las calles de nuestra ciudad; enojados, con dolor en el alma, la indignación palpitando en sus conciencias y corazones, pero con un inmenso respeto al luto de los padres y madres, en total silencio, conteniendo las ganas de gritar la rabia e intensa pena que la muerte de 49 de nuestros hijos lleva a sentir.

La indignación crece a cada minuto. La sociedad civil hermosillense y de diferentes lugares de la República Mexicana, comienza a despertar al sentir de un pueblo dolido por el trágico suceso.

En la capital del país, los ciudadanos adoptan la causa como suya y se empieza a escuchar en cada rincón lo sucedido en Hermosillo. El apoyo comienza a llegar, el Movimiento 5 de Junio toma fuerza y se convierte en voz de la gente que, harta de la corrupción en México, no puede creer el indigno y denigrante actuar de nuestras autoridades: el asesinato del tesoro de la nación, sus niños y niñas.

Las redes independientes de información, locales, nacionales, internacionales y virtuales se suman a la causa, dando difusión a la voz de los que conformamos esta lucha. A partir de ahí se dan los primeros acercamientos con organizaciones no gubernamentales, como UNICEF, IEPA, A.C., Tech Palewi, Agustín Pro Juárez, Sonora Ciudadana y otras más, que se interesan por apoyarnos en lo que se ha concretado como una lucha social auténtica, como consecuencia de un acontecimiento sin precedentes en México y el resto del mundo. Nunca se había suscitado una tragedia igual.

Con el paso del tiempo, la asistencia a las marchas se ha ido debilitando y la sociedad hermosillense pareciera estarse conformando con las condiciones actuales de nuestro México. Poco a poco la gente se va tornando apática y eso, en gran medida, como consecuencia de la escasa cobertura por parte de los medios masivos de comunicación quienes han adoptado una postura indiferente ante las acciones del Movimiento.

Sin embargo, y curiosamente, el apoyo y las muestras de solidaridad por parte de personas del resto del país y el extranjero está presente a cada día, por medio de internet y vía telefónica.

Las investigaciones por parte del Gobierno del Estado y del Gobierno Federal.
Al mismo tiempo que sucede el nacimiento del Movimiento 5 de Junio, se inician las investigaciones por parte del Gobierno del Estado, arrojando como culpable directo del inicio del incendio en la bodega de la Secretaria de Hacienda del Estado de Sonora que acabó con la vida de 49 niños y niñas, y afectó a muchos más con lesiones físicas de por vida, afecciones pulmonares, intoxicación y crecimiento de corazón… a un cooler. Si, un cooler como el único culpable de la tragedia.

Ante tal falacia, los padres y madres nos dimos cuenta de que la justicia jamás llegaría por parte de las autoridades que nos representan, y se empiezan a dar los primeros indicios del interés por parte del Gobierno de minimizar el daño, ocultar los verdaderos hechos, esconder a los verdaderos culpables y desviar la atención de la opinión pública.

Después de 15 días se hacen los primeros arrestos: trabajadores de Hacienda que laboraban en la bodega contigua a la Guardería ABC, trabajadores de bajo nivel; y surgen las interrogantes: “¿y los directores de las instituciones encargadas de la seguridad en los establecimientos?, ¿y los dueños de la guardería?, ¿y los encargados de protección civil?, ¿y el IMSS?, ¿y el Gobernador?, ¿y el Presidente de la República?… entre muchas otras preguntas que persisten en nuestras mentes y nuestros corazones, a las que nadie da respuesta.

Se aclara el panorama y nos damos cuenta de hacia dónde se inclina la balanza de la devaluada justicia en nuestro México, pero queremos confiar, por última vez, en que nuestros gobernantes harán su trabajo… pero no es así, cada día transcurrido nos encontramos con más irregularidades dentro de la investigación por parte del Estado; por mencionar algunas: por qué nunca se ordenó el arraigo de los dueños de la Guardería ABC y del Gobernador que, ante la tragedia, sólo se mostró preocupado por las cercanas elecciones dado que su interés por ocupar la silla presidencial estaba en riesgo.

Al tiempo que la Procuraduría General de la República atrae el caso, se inicia la lucha entre el Gobierno del Estado, el Federal y el IMSS, empiezan a culparse entre ellos, deslindándose del proceso indagatorio y de toda responsabilidad; de las investigaciones nadie se hace cargo, nadie da respuestas y en su afán de salir ilesos de la enorme coladera que se destapó, se olvidan de lo principal: esclarecer el caso de la Guardería ABC.

Ha sido una lucha muy larga. Son 6 meses en los que tanto padres y madres no hemos podido abrazar ni besar a nuestros hijos, son 6 meses de dolor y lo único que les quiero pedir a la gente de Hermosillo, de Sonora y del país es que no olviden que 49 niños murieron en Hermosillo por un gobierno corrupto, por la estúpida ambición de unos cuantos que siguen pisoteando al pueblo mexicano. Yo creo que ya es suficiente, lo dije una vez : si la muerte d 49 niños es suficiente para que nosotros nos levantemos entonces , ¿qué jodidos va a ser?, ¿qué mas vamos a esperar?

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, EMILIA!
Atentamente,
Abraham Fraijo
Papá de Emilia Fraijo Navarro
Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de Junio
Hermosillo, Sonora, a 5 de diciembre de 2009

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